Hace ya un año de esta sesión editorial y siempre que hablamos de ella nos saca una sonrisa. El equipo que participó no pudo ser mejor. No solo por el compromiso profesional sino también por la calidad humana de todos los compañeros.
Con la idea de crear un ambiente íntimo y desprovisto de complementos innecesarios que enmascaren el carácter y esencia de cada una ideamos esta sesión solo para dos. Buscábamos inspirar y, por una vez, hacer lo esencial visible a los ojos. El germen de esta sesión editorial llegó de la mano de Jose, de Almena Valero Fotografía, y con él fuimos perfilando este elopement.
Queríamos una estética limpia donde el protagonismo lo tuvieran ellas, nuestras novias. La fuerza y el arranque de color lo puso Mónica, de Mónica Florista, con su maestría en el diseño floral. La elegancia, la personalidad y el buen gusto por los detalles importantes lo introdujo Pedro Pires, diseñador de moda, que desde su atelier en Córdoba nos recibió con los brazos abiertos desde el primer momento para poner toda su colección en pos de la causa.
En este caso, en esa búsqueda por resaltar la personalidad de la que queríamos dotar a la sesión, dejamos fuera todo complemento a excepción del ramo y una diadema de flores. Aquí sí que se cumple la trillada frase: menos es más. El equipo de lujo de Castillero Peluqueros, personificado en esta ocasión en Laura y Cristian interpretó nuestros anhelos en cuanto a peluquería y maquillaje y consiguieron dar unidad y sentido a todo el conjunto que habíamos ideado.
El escenario de la sesión editorial es el nexo de unión de todo y el hilo conductor presente a cada momento. Un paisaje arenoso con vegetación salvaje que encuentra su límite desdibujado por la cercanía del agua, que contrasta y complementa los elementos clave. Un desierto para dos mujeres con fuerza y determinación. Una escapada íntima para disfrutar y celebrar el amor.
La arena parece frágil, al fin y al cabo se puede moldear fácilmente y es agradable sentir cómo se deja caer entre los dedos arañando sutilmente la piel. Se puede recoger la arena, tratar de encerrarla y confinarla hasta que rompe el molde y se esparce, se asienta en rincones que no se sabía que estaban ahí y su presencia y su persistencia lo marcan todo.
La flora es testaruda y colorida. Roba los rayos de sol para jugar con sus tonos. Crece sin pedir permiso y parece exhibirse despreocupada sin ser consciente de su belleza. Se mueve con el viento, se viste con el rocío, se deja llevar por la lluvia.
La flora crece en la arena y la arena vive en las hojas y pétalos, protege las raíces. Las dos conquistan un terreno íntimo que las hace inseparables. Nadie encontrará todos los granos de arena. Nadie puede decirle a flora que pare de crecer. Han hecho un hogar para dos.
Organización y diseño: Sr. Klein
Fotografía: Almena Valero
Modelos: Ainhoa y Rosa
Peluquería y maquillaje: Castillero Peluqueros. Peluquería a cargo de Cristian y maquillaje por Laura.
Vestuario Ainhoa: Vestido, pantalones y top de encaje: Pedro Pires
Arte floral: Mónica Florista
Papelería: Estudio Wed & Co
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