29 jul 2020

Una boda de otoño en Granada.

Las bodas de otoño tienen algo especial, y si es bajo el embrujo de Granada, más aun. Ricardo y Maribel escogieron un lugar único a los pies de la Alhambra, lleno de historia y de historias para contar la suya propia.

Los dos tenían claro el concepto de boda que querían materializar: una boda de día en la que disfrutar de familia y amigos, un día para mimarse ellos y cuidar al máximo a sus invitados. Buscaban una celebración natural y cuidada al mismo tiempo. Ellos son así también; directos, naturales y sinceros y muy detallistas. Los dos viven fuera de Granada aunque su conexión con la ciudad es fuerte y familiar. Y por otra parte, también querían hacer presentes sus raíces gallegas y sevillanas.

Los preparativos previos a la ceremonia los vivieron en familia y disfrutando de cada momento con la tranquilidad de saber que había un equipo al pie del cañón para que no quedase ningún fleco que cortar. Como wedding planners, nuestra mayor preocupación es que nuestras parejas no tengan ninguna.

La ceremonia religiosa se celebró en la Iglesia de Santo Domingo y, dado que el templo es ya un regalo estético, no hizo falta mucho más para que todo brillara esa mañana. Pai-pais para calmar el calor del mediodía y arroz para celebrar la salida de los novios.

"El Jardín de Gomérez" es todo un tesoro. La celebración fue ideada de tal forma que los invitados fuesen descubriendo poco a poco lo mucho que tiene que ofrecer este palacete histórico. El diseño de decoración floral de Mónica y el trabajo en equipo de La Manzana de Adán y Sr. Klein dio como resultado un montaje de otoño en el que el mobiliario y la decoración se integraban perfectamente con el lugar.

La fiesta posterior estuvo animada por un rincón en el que los invitados podían llevarse su caricatura como recuerdo de la boda. Entre copa y baile, también había momento para pasar por el photocall y picar algo de la mesa dulce.

La música en una boda es esencial y disfrutar de música en directo es todo un privilegio. Adaptándose a cada situación, contamos con la voz prodigiosa de Laura Crespo durante la ceremonia y, para la copa de bienvenida en la terraza de "El Jardín de Gomérez", con el ambiente distendido y el buen rollo que crean Proyecto Salvia. Richard, fue nuestro DJ que lo dio todo hasta el último minuto, leyendo en las caras de los invitados cuál era la canción que pedía el cuerpo en ese momento.

Y todas estas palabras quedarían más vacías sin el trabajo impecable de Álvaro Borjas tras la cámara de fotos y La Letra Muda al mando del vídeo. No tendríamos cómo documentar lo espectacular que estaba Ricardo y lo arrebatadora que iba Maribel. Si algo bueno podemos desearle a nuestras parejas que están por venir es que se miren como se miran Ricardo y Maribel.